03 Nov ¿Vivir o sobrevivir?

Septiembre 2017, vuelo Toronto-Milán , 20:40

En los asientos de detrás va una familia de italianos, entre ellos, hay una niña de unos seis años que se revuelve en el asiento, no puede parar quieta, hasta que el padre le pregunta qué le pasa, y ella le contesta bajito “papá me da miedo que el avión vuele de noche”… despegamos mientras ella se distrae jugando con la pantalla, parece que la peli de dibujos le ayuda a tranquilizarse…

Mientras reflexiono sobre lo que dice la niña pienso todos los pacientes que al terminar la terapia, o cuando ya están en una fase avanzada del proceso hacen especial hincapié en la diferencia entre vivir y sobrevivir.

Yo siempre digo que todas y cada una de las personas que deciden hacer terapia son cuanto menos VALIENTES, si, VALIENTES. Hay que serlo para enfrentarte a la persona más crítica, tirana, salvadora y cruel que te vas encontrar: TÚ MISMO. No es un error de escritura, la persona que peor te va a tratar en determinados momentos de tu vida seguramente eres tú.

Creo que hay algo que tienen en común las personas que quieren vivir su vida y no sobrevivirla, el punto raíz es que quieren ser libres. Libres para poder elegir dónde vivir, con quién compartir su vida (con alguien de su mismo sexo o del sexo contrario), libres para elegir dónde quiero ir, libres para decir no o libres para decir si, libres para elegir a qué me quiero dedicar, libres para… podría escribir un libro entero de todo lo que consigue una persona que es libre de su propio yo.

Parece muy sencillo aquí leído, pero todos alguna vez nos boicoteamos, todos tenemos crisis, y demonios con los que a veces nos es muy difícil luchar. Somos humanos, es parte de nuestra naturaleza entrar en crisis para avanzar, pero ¿qué hago con dicha crisis?

Tengo la opción de barrer y meterlo todo debajo de la alfombra como hacen algunos animalillos de películas de Disney que todos hemos visto de pequeños; quizá así puedo disimular un tiempo y simular que la “casa está muuuy limpia” , o incluso hay gente que se inventa otra vida en otra parte del mundo, se dedica a estudiar o trabajar 14 horas diarias, a hacer deporte sin control… Es decir, me dedico a sobrevivir mi vida de tal manera que no tenga tiempo de pensar en nada y sean las circunstancias “las que vayan tomando decisiones por mí”. Además socialmente mi vida parece muy adaptada a lo que se espera de mí.

En algún momento de nuestra vida, todos hemos huido, nos hemos alejado del problema porque no teníamos fuerzas, y eso durante un tiempo es completamente adaptativo. Pero todos sabemos que lo que se esconde debajo de la alfombra saldrá en cuanto lo pises sin querer, en cuanto lo pises tú o te lo pisen otros, y el problema es cuando el “ocultismo” se convierte en mi estilo de vida.

Es entonces, cuando sobrevivo, veo pasar mi vida por encima, sintiendo entonces una sensación de vacío, un vacío con el cuál me dará miedo conectar, y es en ese punto en el que “dejo de ser libre”, ya no elijo libremente mudarme a otro país, lo hago porque soy gay y en otro país puedo tener otra vida y no contárselo a mi familia, ya no elijo ser bombero sino que soy periodista porque es lo que mi madre aprueba… ya no soy dueño de mi vida, sino de mi manera de sobrevivir.

Plantar cara a los fantasmas es muy duro al principio, pero ¿acaso no lo es sobrevivir tu vida? VIVIR es de VALIENTES.

Aterrizaje en Milán , 10:30 del día siguiente

El piloto anuncia que quedan 15 minutos para aterrizar, la niña que había pasado todo el vuelo dormida se despierta y mira por la ventana, le va diciendo a su padre lo diminutas que se ven las cosas desde el avión, y le ruega a su madre que esa tarde vayan al parque a jugar. Cuando ya estamos en tierra mira muy contenta a su padre y le dice “papá ya no tengo miedo a volar por la noche, me ha parecido hasta divertido, quiero viajar más”

“Todo lo que no se atiende tarde o temprano reaparece“. Rozalen

“No te quedes inmóvil al borde del camino

no congeles el júbilo 

no quieras con desgana

no te salves ahora

ni nunca,

NO TE SALVES

…. Mario Benedetti