El objetivo principal de la terapia Cognitivo-Conductual es analizar el problema que ha llevado a la persona a terapia para poder diseñar una estrategia que permita solucionarlo, así como dotar a esa persona de herramientas para prevenir su reaparición en el futuro. Es una terapia centrada en el presente, en el aquí y ahora.
La terapia cognitivo-conductual propone que vamos aprendiendo a lo largo de nuestra vida una serie de ideas o patrones que nos hacen movernos por el mundo, es decir, ante una determinada situación vamos adquiriendo un aprendizaje que en ese momento probablemente es totalmente adaptativo. Además, ese aprendizaje nos enseña a irnos moviendo por la vida, es decir, no todas las personas interpretamos el mundo de la misma manera, sino que lo hacemos en función de nuestros patrones de pensamiento.
Así por ejemplo, si en la familia de una determinada persona es muy importante tener un rendimiento académico alto para destacar, quizá esa persona interiorice la idea de “para ser valioso hay que destacar”, esa idea puede que le haga interpretar determinadas situaciones laborales como que es un fracasado, un perdedor, etc… Estas creencias que se arraigan de manera profunda en nuestro pensamiento son las que se denominan en terapia cognitivo-conductual “creencias nucleares”.
Este ejemplo nos lleva al postulado principal de la terapia cognitivo-conductual de “sentimos según pensamos”, es decir, esta persona que vemos en el ejemplo quizá se sentirá poco valiosa si no llega a alcanzar un puesto directivo, por lo que los sentimientos de tristeza, rabia, angustia o pena que puede tener, según ese modelo de terapia vendrían provocados por el pensamiento de “para ser valioso debo destacar”.
A modo de resumen podemos decir que la terapia cognitivo-conductual se basa en identificar esos procesos de pensamiento, hábitos, así como patrones de conducta que en este momento de tu vida te están haciendo sufrir, o no son adaptativos para cambiarlos.
Lo primero que debemos hacer, como ya he dicho es identificar esas creencias limitantes para después realizar un programa personalizado de estrategias que vayan ayudándote a adquirir patrones de pensamiento y conducta más adaptativos, con el fin de mejorar tu bienestar y calidad de vida, y minimizar el sufrimiento.
Por otro lado, el/la terapeuta cognitivo-conductual trabaja para darte una explicación pormenorizada de cómo funciona tú problema, esto es que presenta un modelo en el que te explica las consecuencias que obtienes por mantener un determinado tipo de conductas, ideas, hábitos, etc. Esta forma de explicar lo que te ocurre normalmente ayuda a ser más conscientes de los que nos ocurre y así identifica en qué palancas deberíamos incidir para lograr el cambio.
En este tipo de terapia es importante subrayar que el/la terapeuta adopta un papel activo, es decir, en todo momento se trabajará por objetivos y además se mandarán algunas tareas para casa. Estas tareas estarán diseñadas de manera específica en función del problema que estemos trabajando.
Por otro lado, desde este enfoque siempre se trabaja sentados cara a cara, ya que el paciente también tiene un papel totalmente activo. Esto significa, que también tendrá que ir haciendo determinadas tareas para lograr los objetivos que hemos planteados, de esta manera, potenciamos el compromiso y la responsabilidad en el cambio.
Empleo este tipo de terapia dentro de un enfoque integrador, es decir, hay muchas técnicas de este tipo de terapia que son muy movilizadoras y ayudan al cambio, además tienen un aval empírico, por lo que las integro dentro de mi marco de trabajo. No obstante, como tengo formación en otros enfoques, no siempre uso las técnicas de la misma manera, si no que analizo cuál puede funcionar mejor según las necesidades de cada paciente.