El Papel de la Familia en los Trastornos Alimentarios

Los trastornos alimentarios (TA) son enfermedades complejas que involucran mucho más que una obsesión con la dieta. Entre los múltiples factores que pueden influir en su desarrollo, el entorno familiar tiene un papel importante.

Identificar estos factores familiares y trabajar en ellos puede ser esencial para la mejoría. Por ello, en este artículo vamos a analizar algunos patrones que pueden facilitar la aparición de un TA. Utilizaremos como guía 4 ejes relacionales, identificados por la psicóloga Rosa Calvo:

1- Evitar el conflicto: “Aquí nunca pasa nada”:

Algunas familias buscan evitar cualquier tipo de conflicto, presentando una imagen de“armonía” total. Escuchamos frases como “somos una piña” o “en casa no hay problemas”, lo cual puede parecer positivo, pero puede suponer la supresión de emociones.

En estas familias, se evita hablar de los conflictos, y los problemas no se abordan.Esta dinámica enseña a los miembros de la familia a reprimir sus sentimientos, y, en algunos casos, la comida puede convertirse en una vía para canalizar esas emociones.

Ejemplo: Ana percibe que sus padres están en desacuerdo constantemente, pero nunca hablan de ello. Cuando hay tensión, simplemente dejan de hablarse, y luego, hacen como si nada hubiera pasado. Esto le enseña a Ana que los problemas no deben hablarse, sino reprimirse. Con el tiempo, empieza a usar la comida como un escape, teniendo atracones cuando está sola. Estos atracones “tapan” momentáneamente la emoción o conflicto que siente Ana.

2- Coaliciones encubiertas: Lazos invisibles:

Otra dinámica común es la de las alianzas familiares implícitas, que son «equipos» no oficiales dentro de la familia. Aunque no se diga abiertamente que hay bandos, los miembros sienten esa tensión. Esto hace que, en muchos casos, alguien termine siendo el “chivo expiatorio” de los problemas familiares, recibiendo la carga del conflicto para mantener la estabilidad del sistema.

Esta persona (a menudo, la hija con TA) se ve obligada a tomar partido entre diferentes miembros o siente que debe cumplir con las expectativas de todos. Esto crea una presión emocional que puede empeorar los síntomas del TA, ya que se siente responsable delos problemas familiares sin realmente entender cómo o por qué.

Ejemplo: Paula escucha frecuentemente a su padre quejarse de que “mamá no entiende nada”. Ella empieza a rechazar las ideas de su madre, intentando complacer a su padre. Paula empieza a sentir que debe escoger un bando, lo que genera tensión emocional.Para canalizar estas emociones, empieza a obsesionarse con la comida, desarrollando conductas restrictivas como una forma de manejar la presión y encontrar algún tipo de controlen su vida.

3- Interferencia en el proceso de autonomía: Sobreprotección:

La sobreprotección es otro de los factores que puede influir en el desarrollo de un TA.Los padres, por sus propios miedos, tratan de proteger a su hijo limitando su independencia,su capacidad de tomar decisiones y su propio crecimiento. Sobreprotegiendo, se inculcan miedos e inseguridades, limitando la posibilidad de individualizarse y crecer.

Esto crea una dependencia que impide que desarrolle su autonomía. La persona se convierte en el «niño/a de la familia» de manera perpetua.

La familia tiene miedo al cambio y que el/la hijo/a crezca. Así, el TA se puede convertir en una manera de no crecer y así cumplir con las expectativas inconscientes de una familia.

Ejemplo: María es una chica que ha crecido con padres sobreprotectores. Cuando llega a la adolescencia, comienza a restringir su comida, lo que genera preocupación en sus padres y hace que estos se vuelvan más atentos a sus necesidades. Así, su TA la mantiene en el rol de “niña” que necesita ser cuidada, evitando la presión de “crecer” y alejarse de su rolen la familia.

4- Negligencia afectiva:

Cuando hay una negligencia afectiva, los hijos no cuentan con el apoyo emocional que necesitan, o sienten que sus necesidades emocionales no son valoradas. Esta falta de atención puede vivirse como una forma de abandono encubierto, una sensación de estar invisibles dentro de su propio hogar.

Cuando esto ocurre, el TA puede convertirse en una manera de captar la atención: una manera de decir “mírame”. Los síntomas del TA son una forma de expresar una necesidad de afecto, de “ser vistos” y de recibir ese reconocimiento que en la familia parece no llegar.

Ejemplo: Marcos tiene padres que trabajan muchas horas y llegan tarde a casa.Aunque sus necesidades básicas están cubiertas, él se siente emocionalmente abandonado.Inconscientemente, para ser visto, Marcos comienza a restringir su alimentación y a perder peso de forma drástica, lo cual preocupa a sus padres y finalmente logra que se interesen en lo que le sucede.

Reconocer estas dinámicas familiares no es para señalar culpables, sino para entender cómo ciertos patrones pueden aumentar la vulnerabilidad y poder así poder abordar el problema desde todos los ámbitos.

Estas situaciones suelen ser muy difíciles de identificar desde dentro. Pero, reconocer estos patrones y trabajar en ellos con ayuda profesional es clave para romper con estas dinámicas y favorecer un entorno familiar más saludable. La familia juega un papel fundamental, como sistema de apoyo y como espacio donde estos problemas pueden abordarse y resolverse.

Leire López Vega

Psicóloga General Sanitaria

Nº Colegiada M-37089

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