La Terapia Focalizada en la Emoción

La Terapia Focalizada en la Emoción (TFE) es desarrollada en la década de 1980 por Leslie Greenberg y sus colaboradores. La TFE es una forma de terapia, de enfoque humanista, con evidencia empírica que integra la importancia de:

  1. La relación terapéutica: Integrando las actitudes básicas terapéuticas de la Terapia Centrada en el Cliente (Carl Rogers) que son la empatía, la aceptación incondicional de la persona (tal y como es, sin juicios) y la autenticidad (ser uno mismo).
  2. El enfoque vivencial y las técnicas terapéuticas, que facilitan el procesamiento de las emociones «bloqueadas», es decir, integrando técnicas de la Gestalt (Perls), el Focusing (Gendlin), técnicas corporales de Bioenergética, etc.

Para la Terapia Focalizada en la Emoción facilitar el cambio terapéutico pasa por facilitar el cambio emocional, siendo este su principal objetivo.

¿Qué son las emociones?

Podríamos decir que las emociones son el lenguaje particular de nuestro cerebro. Son un sistema de respuesta innato, eficaz, rápido y adaptativo de nuestra mente que nos ayuda a sobrevivir. Surgen mucho antes que el pensamiento o la palabra, y están estrechamente conectadas con nuestras necesidades más esenciales. Las emociones guían nuestras acciones y conductas para satisfacerlas y así preservar nuestro bienestar.

Emociones y memoria

Dada su estrecha relación con nuestras necesidades y su papel fundamental en la supervivencia, las emociones están muy vinculadas con los procesos de memoria y aprendizaje. Nos ayudan a recordar eventos importantes para poder adaptarnos y actuar ante situaciones similares en el futuro. Por ejemplo: gracias al miedo aprendemos a evitar o protegernos de situaciones o estímulos potencialmente peligrosos).

Situaciones de abandono, maltrato o negligencia en la infancia pueden llegar a originar heridas emocionales y síntomas como ansiedad o depresión. Esto se da cuando las necesidades de la persona no son cubiertas y su organismo busca la forma de adaptarse para sobrevivir en ese contexto.

¿Qué son las heridas emocionales?

Podríamos decir que las heridas emocionales son experiencias emocionales no procesadas, relacionadas con necesidades esenciales no cubiertas. Pongamos un ejemplo:

Como seres humanos, todos nacemos con una necesidad afectiva esencial de sentirnos válidos, importantes y valiosos para nuestras figuras de apego (habitualmente, nuestros padres). El padre de María era muy exigente y crítico con ella, nunca pudo reconocer sus capacidades y logros. Esto hacía a María sentirse avergonzada de sí misma y pensar «soy tonta, no soy valgo para nada». Esto generó en ella una herida emocional de vergüenza que hacía que ante cualquier situación en la que pudiera sentirse evaluada (ej.: un examen) fuera muy autoexigente (estudiando hasta altas horas en la madrugada) y sufriera ataques de pánico porque no se sentía lo suficientemente capaz ni válida como para poder afrontarlo con éxito.

Estas heridas emocionales hacen que María no esté conectada con el momento presente, sus emociones no están siendo adaptativas a la hora de guiar su pensamiento ni su conducta, sino que la conectan con la necesidad emocional pasada sin procesar.

¿Por qué es tan importante el trabajo con las emociones?

Las emociones determinan nuestro bienestar, cómo pensamos, cómo nos entendemos a nosotros mismos y a los demás, y también cómo nos comportamos en la vida. Las emociones, cuando son adaptativas, nos ayudan a adaptarnos al medio que nos rodea y a entrar en contacto con nuestras necesidades, guian nuestra conducta para cubrir estas necesidades esenciales. Sin embargo, cuando son «desadaptativas» (heridas emocionales) son una fuente de sufrimiento y síntomas. Estas heridas nos conectan con las experiencias dolorosas del pasado y con necesidades no cubiertas, no con lo que vivo y necesito aquí y ahora.

*Aclaración: cuando hablamos de emociones «desadaptativas» nos referimos a que, en el momento presente, estas experiencias emocionales no están ayudando a la persona a satisfacer sus necesidades. Todas las emociones son válidas y valiosas, y estas emociones «desadaptativas» son las que en el momento pasado permitieron que esa persona pudiera adaptarse a sus dinámicas familiares.

Según la Terapia Focalizada en la Emoción, «la única forma de poder cambiar una emoción es con otra emoción». Para poder sanar las heridas emocionales es necesario conectar con ellas y repararlas con otra experiencia emocional.

¿Cómo podemos transformar las heridas emocionales con la terapia focalizada en la emoción?

Para poder facilitar este cambio emocional, los terapeutas focalizados en la emoción buscan, a través de la relación y las técnicas terapéuticas (ej.: focusing, silla vacía, etc.), favorecer la exploración y volver a entrar en contacto con estas relaciones y experiencias dolorosas. Las personas podrán volver a experimentar y sentir en el momento presente esas heridas emocionales, pero en el contexto seguro de una relación terapéutica. Así las emociones «desadaptativas» son accesibles para ser expresadas, comprendidas, reconocidas y transformadas por otras más adaptadas en el presente y el futuro.

Ana Torrenova Pineda

Psicóloga Sanitaria col.: M-33816

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