20 Dic DUELO EN NAVIDAD

Las Navidades son una época asociada a la alegría, a reencontrarnos con nuestros familiares y amigos, a festejar. Sin embargo, cuando has perdido a un ser querido recientemente, estos días pueden ser realmente difíciles. Son momentos en los que guardamos muchos recuerdos de gran intensidad emocional, por lo que  notamos aún más la falta de esta persona.

Desgraciadamente, no hay un truco mágico con el que poder pasar estas navidades sin dolor. Tampoco existe una forma correcta de afrontar la pérdida, cada persona elabora el duelo a su manera. Pero podemos hablar de algunos caminos que van a ayudar a afrontar estas Navidades sin la persona que falta:

Evitar el aislamiento.

En estos momentos, es importante contar con el apoyo de familiares y amigos. La tristeza nos lleva a parar la actividad, alejarnos y reunir recursos para procesar la situación. Esto es necesario temporalmente, pero prolongado en el tiempo, puede desarrollar un círculo de depresión. No tengas miedo de ausentarte unos minutos de la reunión familiar si lo necesitas pero vuelve después con tus seres queridos.

Comunicar tus emociones.

Identifica a esos familiares o amigos que te escuchan activamente y háblales de cómo te sientes. Hablando ordenas tus pensamientos y la escucha va a ayudar a que te sientas valorado, comprendido y acompañado.

Pedir ayuda.

Antes de las reuniones familiares, puedes explicar qué cosas van a ser más difíciles para tí, y buscar así alguna manera de gestionar esos momentos. Hay también varios temas prácticos de los que nos tenemos que ocupar: pensar el menú, hacer la compra, cocinar… En la medida de lo posible, pide ayuda, delega tareas, pide que te acompañen.

Tener una rutina.

Tenemos que adaptarnos a la vida sin la persona que ya no está y, para ello, es importante seguir una rutina también en estas fechas. Continúa con unos hábitos sanos de alimentación y sueño. Comer y dormir mal contribuye a estar irritables y tener un estado de ánimo bajo.

Puedes hacer también una lista de actividades agradables o recursos que te ayuden a relajarte y puedas incluir en tu rutina, como pasear, hablar con un amigo, escuchar música relajante o hacer respiraciones profundas.

Manejar la culpa.

Las celebraciones pueden despertar sentimientos de culpa. Divertirse o reír no significa olvidar. Además de tener momentos para sentir, hay que volver a retomar la vida sin la persona querida, valorar los buenos momentos, centrarnos en las personas que siguen aquí y volver a disfrutar.

Recordar a la persona fallecida.

Una manera de intentar afrontar el duelo es actuar como si nada hubiera pasado. Esto, que genera un alivio a corto plazo, entorpece el proceso de sanar, perpetuando el sufrimiento. Organizar un acto de recuerdo junto con tus seres queridos puede ser muy reconfortante. Dedicarle unas palabras en la reunión familiar, juntaros otro día para recordarle o llevarle unas flores al cementerio son algunas de las opciones para establecer este punto de conexión con la persona fallecida.

¿Cómo ayudo a mis hijos?

No les dejes al márgen de los momentos de emoción. En lugar de ello, trata de normalizar las emociones. Explícales que ahora estáis tristes y que, si ellos también lo están, lo comenten y les váis a escuchar. Cada persona tiene una manera de afrontar el duelo y, los niños, también. Puedes buscar una manera de recordar a la persona fallecida con ellos, sin presionarles, preguntándoles a ellos cómo les gustaría hacerlo.

¿Y cómo acompaño a la persona que está en el proceso de duelo?

Sobre todo, escúchala. Escucha de manera activa, con interés, validando sus emociones. No busques remedios para minimizar el dolor como cortar la conversación. El doliente no está buscando soluciones, sino conexión y sentirse acompañado, comprendido.

No le presiones. Cada persona tiene su manera de vivir el duelo, por lo tanto, no trates de persuadirle para festejar si no quiere.

Leire López Vega

Psicóloga General Sanitaria

Nº Colegiada M-37089