Consecuencias del confinamiento por COVID-19 en menores

La situación que estamos viviendo, está siendo muy difícil para la mayoría de las personas. Cada individuo y familia tiene sus propias circunstancias, pero en todas ellas podemos encontrar momentos buenos y momentos más complicados. Los adultos estamos sufriendo las consecuencias del confinamiento, de manera que estamos más irascibles, el estado de ánimo se ve alterado, aparecen problemas de sueño, ansiedad, desajustes en la alimentación, etc.

Para los adultos que tienen niños y adolescentes en casa, esta situación se complica ya que no saben cómo reaccionar ante las dificultades que están surgiendo con ellos.

Es importante saber, que este tiempo encerrado en casa puede tener consecuencias tanto para lo adultos como para los niños. Pero no nos alarmemos, el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación ante situaciones adversas (resiliencia) y los niños en muchas ocasiones y sin ser conscientes de ella,  la tienen en mayor medida.  Por ello, estamos escuchando a gente que dice que lo está llevando mejor de lo que esperaba, o que los niños se están comportando mejor de lo que imaginaban. La mayoría de las veces anticipamos las situaciones futuras de manera más negativa de lo que luego son. La mayoría de las personas, pensaban que estar encerrados iba a ser terrible e insoportable, y aunque en algunas situaciones lo está siendo, la mayoría de la población lo está llevando mejor de lo que podían pensar.

Consecuencias del confinamiento en los más pequeños

En el caso de los más pequeños de la casa, es importante tener en cuenta que pueden aparecer ciertas consecuencias:

En primer lugar, pueden aparecer miedos que antes no existían o que se han intensificado. Esto es normal, ya que esta situación está generando incertidumbre a los niños, que además, no reciben mucha información o la reciben minimizando el problema para que no se alarmen, y esto también puede generar inseguridad. Es importante informar a los niños de lo que está ocurriendo, obviamente adaptando la información a su edad. 

Los niños se dan cuenta, que lo que está ocurriendo es grave porque en pocos días han dejado de ir al cole, de ver a los amigos, de ver a sus familiares, sus padres no pueden ir a trabajar, ni siquiera pueden salir a jugar a la calle, por tanto, no podemos hacer como si no pasase nada, debemos explicárselo para que ellos tenga información y esto les dé control y seguridad.  Pensemos que los adultos  necesitamos saber qué está pasando. Lo que más está agobiando a la gente, es no saber qué va a pasar, cuando vamos a poder salir, cuando volveremos a ver a nuestros familiares y amigos, etc., es decir lo que más nos desconcierta, es la incertidumbre, porque no tenemos control, y por tanto disminuye nuestra seguridad. En los niños es lo mismo.

Los adolescentes también sufren las consecuencias del confinamiento

En los adolescentes debemos tener cuidado con la información que les llega por redes sociales y móvil. Enseñémosles a que verifiquen la información con los Organismos del Estado y fuentes fiables. Hablemos con ellos de lo que está pasando, debemos estar abiertos a que nos pregunten dudas y que nos cuenten las preocupaciones que puedan tener. También es importante dejarles su espacio y favorecer que mantengan relaciones sociales a través de videollamadas.

Es normal, que en estos momentos los niños más pequeños estén generando más dependencia a los padres. Ante esta situación de incertidumbre e inseguridad, las personas que pueden paliar estas sensaciones son los adultos de apego, por tanto querrán pasar más tiempo con ellos y dependerán más para hacer cualquier actividad, incluso aquellas que antes hacían solos. En estos momentos debemos ser flexibles y entender su malestar. Están teniendo momentos de miedo que les generan ansiedad y el adulto puede ayudar a que se sientan seguros, por tanto debemos tener paciencia y ofrecerles esa apoyo.

Pueden aparecer dificultades de concentración. A la hora de hacer deberes y estudiar puede que les cueste más esfuerzo. Esto es fácil de explicar, cuando tenemos ansiedad, las primeras capacidades que se ven afectadas son la memoria y la concentración. Por tanto en estos momentos es normal que puedan verse alteradas.

Pueden aparecer mayor número de conflictos entre hermanos y entre los miembros de la familia. Estamos mucho tiempo juntos y en condiciones no naturales, por tanto esto puede afectar a nuestro estado de ánimo. Debemos tener un espacio en la casa donde podamos pensar y estar tranquilos. Es importante validar a los niños sus emociones, es decir, normalizar que estén enfadados por la situación, ya que no pueden jugar en la calle, han dejado de ver a sus amigos, a los abuelos, tíos y primos y es normal que se sientan tristes, enfadados, desanimados…validemos sus emociones y enseñémosles a canalizarlas.

Consecuencias del confinamiento en menores

La convivencia puede ser difícil

Es normal que aparezcan malos comportamientos en casa. Puede ser debido a las emociones anteriormente citadas y que no se saben gestionar. También es debido al aburrimiento. Es tanto tiempo el que llevamos en casa que a los padres se les acaban las ideas para entretener a los niños, incluso ellos ya se aburren de hacer manualidades, pintar, jugar a las mismas cosas, etc. Por tanto puede aparecer comportamientos disruptivos. También es debido a la necesidad de correr, saltar, etc…como no pueden hacerlo en la calle, lo hacen en casa, ya que necesitan canalizar toda la energía que tienen.

Por eso es importante mantener una rutina  donde haya momentos de estudio, de juego libre, de ejercicio, etc. También es importante flexibilizar las normas que había en casa ya que no estamos en la misma situación y los niños necesitan saltar y jugar.

También el adulto debe mantener la calma ante la situación y que los niños y adolescentes no nos vean preocupados por la situación.

¿Qué podemos hacer?

Por todo lo expuesto anteriormente debemos:

  • Mantener rutinas
  • Hacer ejercicios y juegos que permitan sacar toda la energía que tienen los más pequeños
  • Dar información veraz, adaptada a su edad.
  • Favorecer las relaciones sociales a través de videollamadas con amigos y familiares (esto les dará tranquilidad al ver que están bien)
  • Dar seguridad a través del afecto y la tranquilidad
  • Mantener la calma y no mostrar miedo ( debemos tener cuidado con las conversaciones con otros adultos, ya que los niños pueden escucharnos y atemorizarse)
  • A los niños más mayores dejarles su espacio y su independencia.
  • Hacer actividades en familia.

Por todo ello es importante que mantengamos la calma e intentemos flexibilizar con los niños y entender sus emociones. También es muy importante que validemos nuestras emociones y las de los más pequeños.

Raquel Fernández Pérez-Psicóloga Sanitaria

                                                                            

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