EL PODER DE LA EMPATIA

Cada vez hay más estudios que indican que para el buen desarrollo emocional de los niños y las niñas lo más importante es que se sientan comprendidos.

Para que los niños y niñas sepan que sus emociones y sentimientos son reales, necesitan tener a un adulto al lado que les demuestre que comprende y atiende sus emociones y necesidades, que pueda sentir el poder de la empatía.

Que los adultos respondan de manera congruente a estas necesidades es el factor más importante para desarrollar un apego seguro.

El apego seguro

El apego seguro es la confianza emocional del niño, es decir, la seguridad que siente de que va a tener los recursos y las habilidades para desenvolverse por sí mismo y que será atendido en caso de no poder hacerlo solo.

A medida que los niños y niñas crecen sus necesidades dejan de ser primitivas (hambre, sueño, miedo) y empiezan a ser más emocionales y complejas de entender.

Veamos un ejemplo. Juan de 8 años llega a casa después del cole con una nota de su profe, donde dice que después del recreo no ha querido hacer las actividades y le ha pegado una patada a un compañero. Su papa lee la nota y le pregunta qué ha pasado en el recreo, el niño cuenta que sus compañeros no le han dejado jugar al futbol

Sería fácil caer en la tentación de regañarle por haber pegado a un compañero o no haber querido hacer las tareas, ya que dichas conductas no son correctas. Pero es importante, primero de todo, empatizar con Juan.

Atributos de la empatía

Theresa Wisema, experta en enfermería, ha estudiado ampliamente la empatía y describió 4 atributos:

  1. Ponerse en el lugar de la otra persona para conocer “su realidad” tal como la vive.
  2. Tener perspectiva: poder tomar la perspectiva de otra persona, o reconocer esa perspectiva como verdadera de esa persona.
  3. No emitir juicios.
  4. Reconocer las emociones de la otra persona y comunicárselo.

Aludiendo a estos atributos

  1. Para Juan ha debido ser muy doloroso sentirse excluido del grupo, y ello ha provocado que se enfade.
  2. Para un niño de 8 años que tus compañeros de clase no quieran que juegues con ellos es difícil de entender.
  3. Como pensar que es una tontería, que podría haber jugado con otros compis a otro juego.
  4. Es muy importante reconocer su enfado y hacerle saber que entendemos cómo se siente.

Una vez que hemos empatizado con Juan, podremos ayudarle a escoger otras herramientas que le ayuden a gestionar su enfado que no sean pegar a un compañero o no hacer la tarea.

La empatía es una herramienta muy valiosa para ofrecer al niño seguridad y una buena autoestima. Le ayuda a identificar sus sentimientos y a mejorar su inteligencia emocional.

“¿Podría darse un milagro más grande que el de ser capaces de mirar a través de los ojos del otro?”.  

Henry David Thoreau

Andrea Carmona Castrillo

Psicóloga colegiada M-26047

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