08 Feb ¿Has oído hablar sobre la terapia sistémica?
Introduciéndonos en un enfoque diferente
A lo largo de la historia de la psicología, se han investigado e ido utilizando diferentes enfoques a la hora de realizar la evaluación e intervención con las personas que nos solicitan ayuda profesional. Una de ellas es el enfoque sistémico que da lugar a la terapia homónima, es decir, a la terapia sistémica.
La terapia sistémica se centra en la relación y comunicación que se da entre varias personas que interaccionan entre ellas y a este grupo de personas lo denominamos sistema. Dentro de la conformación de nuestra vida, nos encontramos dentro de varios de estos sistemas, el sistema familiar es el principal. Las amistades son otro sistema, al igual que el entorno laboral.
Los hechos se estudian dentro del contexto en el que está ocurriendo y se presta fundamental atención a las conexiones y relaciones, más que a las características o conflictos individuales.
Cambios y homeostasis en la terapia sistémica
Este enfoque defiende la idea de que el cambio en uno de los elementos del sistema afecta a todos los demás. Por ejemplo, si un hijo se va de casa afecta a todos los miembros de la familia, independientemente de la relación que mantengan.
Los cambios se realizan para conseguir una estabilidad u homeostasis en el sistema. Los elementos cambian constantemente para mantener equilibrado dicho sistema. El sistema global mantiene su forma a medida que va cambiando el patrón de los vínculos entre los elementos o miembros de la familia. En una familia formada por una madre y dos hijos, un cambio será que la madre modifique sus horarios de trabajo fuera de casa para compatibilizar dos trabajos. De esta forma, habrá más ingresos en casa, pero el número de horas que pasa con sus hijos se mantiene similar o se reduce. Hay un cambio en la familia, pero siguen teniendo la misma estabilidad y un vínculo semejante al que mantenían previamente.
Este concepto de regulación y organización del sistema es el fundamento sobre el que se apoya la terapia familiar sistémica. Ningún hecho o comportamiento aislado ocasiona otro, sino que cada uno está vinculado de forma circular a muchos otros hechos o comportamientos aislados.
Si seguimos con el ejemplo anterior, que la madre tenga más horas de trabajo, hace que sus hijos estén más tiempo solos en casa y tengan que responsabilizarse de sus tareas y deberes sin que esté ella delante.
Toda conducta, incluyendo la sintomática, establece y mantiene estos patrones. Los psicólogos y psicólogas sistémicos nos interesamos por el funcionamiento de la conducta y el modo en que la función de un comportamiento aislado se conecta con la función de otro comportamiento aislado con la intención de preservar el equilibrio en la familia o sistema.
Buscamos cómo opera una conducta más que su causa
En lugar de tratar de entender la causa de la conducta, procuramos comprender cómo opera esa conducta dentro del sistema teniendo en cuenta todos los elementos y no solo a los protagonistas directos. Por ejemplo, un padre y una hija vienen a consulta por las rabietas continuas de ella. Una forma lineal y causal de trabajarlo sería averiguar que el padre emplea muchas horas en su negocio y la hija tiene rabietas por falta de atención y cuidados paternos y trabajar porque el padre esté más tiempo con su hija. Desde el enfoque sistémico veríamos que el padre está en conflicto con la madre y, evita estar en su presencia, por lo que, además, pasa menos tiempo con su hija. Trabajaríamos el conflicto entre los padres de forma que, al resolver esa disconformidad, los dos podrían estar disponibles para su hija.
Consideramos que ninguna persona tiene un control unilateral sobre ninguna otra. El control está en el modo en que el circuito se organiza y continúa funcionando.
Entonces ¿Por qué acudiría a una terapia sistémica?
Con todas las ideas expuestas hasta ahora, podríamos pensar que, si el sistema funciona para mantener un equilibrio, ¿Cuáles son las razones para pedir ayuda profesional? La respuesta es que algunas veces el modo que tiene la familia de contrapesarse incluye un síntoma que es inaceptable para ellos y/o para la sociedad. Cuando el síntoma causa una gran tensión, ya sea fuera o dentro de la familia, ésta decide buscar ayuda.
La aparición de un síntoma puede ser precipitada por un cambio en uno de los sistemas más amplios dentro de los que existe una pareja, familia… como puede ser en el sistema social, político, cultural o educacional. Por ejemplo, una epidemia mundial como la ocasionada por el sars-cov-2 con la enfermedad Covid-19. La discriminación racial, por orientación o identidad sexual o el machismo también entrarían dentro de este grupo. Otra opción es que el hecho precipitante puede provenir del interior de la familia, como reacción a algún acontecimiento del ciclo vital, por ejemplo, la muerte de un abuelo o el nacimiento de un hijo o hija.
Además de ser aplicada con familias, parejas u otras formaciones, la psicoterapia con enfoque sistémico se puede aplicar a las personas de forma individual de manera que se tengan en cuenta los distintos sistemas que componen su contexto.
Raquel Aragoneses Velasco
Psicóloga General Sanitaria y terapeuta familiar sistémica
Colegiada nº M-33871
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