Infertilidad, reproducción asistida y su impacto psicológico

La infertilidad, según la OMS es, la ausencia de embarazo tras un año de relaciones sexuales sin protección en la fase fértil del ciclo femenino. Esta situación afecta aproximadamente a un 15% de parejas en edad reproductiva, lo que se traduce en una de cada seis parejas.

Para tratar la infertilidad es necesario hacer un estudio exhaustivo en ambos miembros de la pareja. Una vez confirmadas las dificultades, una de las técnicas más usadas son las técnicas de la reproducción asistida. El objetivo de las mismas es la unión del gameto masculino y del femenino para su implantación en el útero. Algunas de estas técnicas son:

  • Inseminación artificial
  • Fecundación in vitro (FIV)
  • Inyección intracitoplasmática (ICSI)

Los tratamientos de reproducción asistida implican el paso por procesos largos y costosos, tanto a nivel físico como emocional. Algo a manejar potencialmente y dependiendo de la técnica elegida, es el duelo genético, concepto del que se hablará más adelante.

Impacto psicológico de la infertilidad

La detección de la infertilidad puede suponer una crisis vital para la pareja e impactar en ella en toda su extensión. El descubrimiento de que cumplir el deseo de ser padres se va a ver impedido o dificultado implica la activación de muchas creencias y emociones. Como pareja, este conflicto supone una gran carga que puede poner a prueba la relación. En un plano individual, la infertilidad potencialmente conecta a la persona con ciertos mitos. En el hombre se puede activar la equivoca interpretación de esta dificultad como una falta de virilidad. Mientras, la mujer puede poner erróneamente en duda su feminidad y su valía como mujer.

Cuando se decide recurrir a técnicas de reproducción asistida, el proceso suele vivenciarse con mucho miedo, incertidumbre, tristeza y a veces con vergüenza y culpa. Ha habido muchos intentos sin los resultados esperados, han podido darse fecundaciones que no han prosperado. En estos casos hay pérdidas por las que naturalmente dolerse. A la vez, hay cabida para la ilusión y la esperanza en la búsqueda del bebé. Es una vía que suscita emociones ambivalentes y por eso no son raros los altibajos emocionales en las personas que están recorriendo este camino.

Cuando la gestación se produce mediante recepción de gametos: el duelo genético

En los casos en los que la técnica empleada cuente con recepción de gametos donados (espermatozoides y/u óvulos), hay algunos aspectos a tener en cuenta. Es muy importante pensar que las parejas no suelen recurrir a ello como primera opción. Normalmente se llega aquí tras varios intentos fracasados de ser padres por otras vías. La inversión de tiempo, dinero y esfuerzo personal es enorme. Hay una historia de pérdidas que las parejas van a tener que ir elaborando durante el proceso.

Además de las pérdidas previas, en el caso de la recepción de gametos donados, hay un duelo extra. Es el duelo genético, que implica aceptar y asimilar que no va a haber herencia genética de los padres (uno de ellos o ambos) hacia el bebé. En este caso, es indispensable que se dé la​ renuncia a dicha herencia genética para que se pueda recibir plenamente la genética del o de la donante. Esto es importante de cara a que el propio proceso y la futura crianza sean satisfactorios. Al iniciar la recepción de gametos, es esencial haber aceptado que ese bebé, no va a compartir material genético con uno/a o ambos/as progenitores/as.

Infertilidad y reproducción asistida, gran impacto psicológico

Preocupaciones por el legado genético

En nuestra cultura, se suele otorgar bastante importancia al legado genético. En este sentido, los padres y madres que han recurrido a la recepción de gametos a menudo se preocupan por aspectos como:

  • Dudas acerca del parecido físico entre ellos/as y su hijo/a. Aparición de inquietudes por las características físicas y psicológicas del o de la donante.
  • Preocupación por el vínculo afectivo entre progenitores/as e hijo/a. Para que se establezca ese vínculo, hay que aceptar al hijo/a tal como es, con el material genético que tiene. Una vez elaborada esa cuestión, no habrá mayores implicaciones de este asunto en la relación y vínculo con el bebé.
  • Dilemas en cuanto a la revelación de la genética del bebé, tanto al entorno como al propio hijo/a en el debido momento.

Este duelo, para algunas personas es un proceso muy delicado y costoso. Hay quienes son incapaces de hacerlo y no aceptan que su hijo/a no tenga sus mismos genes. A veces implica asumir que la familia que se puede tener dista del modelo de familia que se desea. Plantearse todas estas cuestiones es de vital importancia. Trabajarlo antes del embarazo es imprescindible, pues de ello dependerá en gran medida la salud mental del niño o niña.

Cristina Albo Mulas.

Psicóloga Sanitaria

Nº Col.: M-32247.

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