27 Abr Procrastinación
La procrastinación es el hábito de retrasar actividades que deben atenderse, sustituyéndolas por otras más agradables. Le hemos dado a la procrastinación una connotación negativa y es habitual sentirnos culpables cuando retrasamos tareas pero, ¿nos paramos a pensar por qué lo hacemos?
¿Por qué procrastinamos?
Debajo de ese hábito de posponer tareas puede haber muchos factores que estamos ignorando. Veamos algunos de los motivos por los que podemos procrastinar:
Puede que no veas la conexión entre la procrastinación y algunos de los factores de la pirámide, veamos cómo se relacionan:
Dificultades en la gestión emocional
Realmente, la procrastinación está muy relacionada con la gestión emocional. Cuando nos cuesta manejar emociones desagradables que surgen (o anticipamos que van a surgir) ante la realización de una tarea, la posponemos. Así, generamos un alivio a corto plazo. A pesar de que el malestar se alargue en el tiempo, nuestro cerebro es cortoplacista y va a tender a buscar estas gratificaciones inmediatas.
No escuchar tus necesidades
Es posible que detrás de la pereza haya una necesidad de parar, descansar y desconectar de las obligaciones del día a día. Nuestro cuerpo nos habla de lo que necesitamos, puede que no le hayas escuchado, que hayas tapado estas necesidades realizando muchas tareas.
Confundir querer y deber
A menudo confundimos lo que queremos hacer con lo que debemos y nos castigamos por no quererlo. Te pongo un ejemplo: ¿Te gustaría hablar inglés de manera fluida pero te da pereza aprender? O ¿realmente no te gusta pero crees que deberías hacerlo (por motivos laborales, sociales, etc.)?
Perfeccionismo
Paradójicamente, podemos posponer tareas por la necesidad de hacerlas bien, “lo hago perfecto o no lo hago”. La posibilidad de no hacerlo perfecto genera malestar y lo evitamos. Si esto te resuena, pregúntate: ¿Qué te supondría no hacer perfectamente esa tarea que tienes pendiente?
Miedo al rechazo y autoestima
Si seguimos bajando en nuestra pirámide, detrás del perfeccionismo puede haber un miedo al rechazo/ juicio. Este miedo puede darse tanto en el ámbito escolar/laboral como familiar o de amistad. Sería algo así como pensar “si soy perfecta no pueden rechazarme ni juzgarme”. A su vez, éste se relaciona con la autoestima y posibles creencias limitantes interiorizadas, como “no soy suficiente” o “no soy querible”.
Veamos, con un ejemplo, cómo pueden relacionarse con lo que hemos comentado anteriormente: Soy estudiante y tengo que entregar un trabajo importante. La posibilidad de que no me salga perfecto me activa la creencia de “no soy suficiente”. Necesito hacerlo perfecto para considerarme válida. Esto genera una presión, que hace realmente desagradable la realización del trabajo. Intentar ser perfecta me genera tanta ansiedad que mi cuerpo me pide que pare. Lo pospongo, sintiendo un breve alivio.
Importancia del autoconocimiento
Detrás de cada uno/a de nosotros/as puede haber diferentes motivos por los que sintamos pereza. Puede que te identifiques con algunos de los factores mencionados y no con otros. Con esta pirámide quería mostrar posibles elementos, que puede que estén ahí y nunca hayas relacionado con la procrastinación.
Sobre todo, me gustaría transmitirte la importancia del autoconocimiento. Si queremos trabajar en nuestro bienestar y poner metas alcanzables necesitamos conocer nuestra propia pirámide. Te animo a que empieces haciéndote preguntas:
¿Tengo que organizar mejor mi tiempo?
¿Estoy evitando?
¿Necesito un descanso?
¿Tengo un buen equilibrio entre trabajo y ocio?
¿Estoy escuchando a mi cuerpo?
¿De dónde viene el malestar?
¿Me estoy exigiendo mucho?
Leire López Vega
Psicóloga General Sanitaria
Nº Colegiada M-37089
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