Profecías autocumplidas ¿Qué son?

De manera casi inevitable, el ser humano tiende a generarse expectativas acerca de cómo serán ciertos acontecimientos futuros. En estas previsiones, a veces se acierta y otras no. Las profecías autocumplidas son aquellas expectativas que inicialmente no tienen por qué cumplirse, pero nuestros actos inconscientemente acaban haciendo que se realicen. No es tanto que se haya acertado en la previsión, sino que de manera no premeditada se ha provocado el cumplimiento de ese vaticinio.  

 ¿Cómo funcionan las profecías autocumplidas?

Los mecanismos que sustentan estas predicciones que generamos y que a través de nuestro comportamiento hacemos que se cumplan sin darnos cuenta consisten en:

  1. Alguien en una situación o contexto determinado se genera ciertas creencias o expectativas acerca de lo que vaya a ocurrir.
  2. Estas expectativas, en las que se cree con firmeza, condicionan el comportamiento de la persona que las tiene. Es decir, la conducta de la persona, está condicionada por las propias expectativas, actuando como si el resultado esperado fuese irrefutable y no una posibilidad.
  3. Con su propia manera de relacionarse con la situación, promueve la consecución de su expectativa, la profecía se cumple.

Un ejemplo de este proceso

Imaginemos pues el caso de Lucas, una persona que acude a una fiesta de cumpleaños de un amigo. En esa celebración la única persona conocida para el protagonista de este ejemplo es su amigo, el anfitrión.  Este le presenta a otro grupo de amigos y conocidos que en general se comportan afablemente con él.

Pero hay una excepción. Una persona, Miguel, pone “malas caras”, se comporta en general de un modo más serio que el resto, interactúa menos, etc. Lucas empieza a sacar conclusiones. Interpreta el desánimo y la seriedad con el que se comporta Miguel como un gesto de antipatía hacia él. “No le he caído bien” piensa, y a partir de ahí contraataca. Al dirigirse a Miguel, la mirada, gestos, forma de hablar, etc., de Lucas denotan tensión e incomodidad. Se torna “poco amigable”. Finalmente, se acaba cumpliendo la profecía de Lucas. Por el modo en que Lucas se relaciona con Miguel, este último acaba considerando que el primero no le gusta nada. Lucas así acaba confirmando sus expectativas iniciales.

A Lucas se le pasó por alto la posibilidad de que Miguel pudiese estar teniendo un mal día sencillamente o no se encontrase bien. Que se comportase de esa manera por factores ajenos a su llegada. De haber tenido en cuenta esas posibilidades tal vez el encuentro quizás el encuentro hubiese dejado mejor sabor a ambos.

Igualmente, las expectativas pueden ir en una línea más positiva. Imaginemos que, Lucas en lugar de fijarse en la seriedad de Miguel, se da cuenta de que cuando interactúa con él, este esboza una sonrisa. Tal vez se forme la idea de que Miguel se encuentra cómodo con él y Lucas se relacione más amistosamente con él. Probablemente este encuentro hubiese finalizado de un modo distinto, más agradable al del ejemplo inicial.

 ¿Cómo evitar que las profecías autocumplidas se vuelvan en nuestra contra?

Comprender cómo funcionan estas profecías y la influencia que nuestros pensamientos y expectativas tienen en nuestra conducta y por ende en los resultados conseguidos, es el primer paso.El siguiente será hacernos más conscientes de esas expectativas y de cómo nos relacionamos con ellas. ¿Qué hay de nosotros/as en todo esto?, ¿qué es lo que estamos o no estamos poniendo para que se den los resultados que se dan?

Una vez hagamos consciencia de ello estaremos en posición de elegir con qué quedarnos. Con aquellas profecías que nos ayudan a alcanzar los objetivos que deseamos o con aquellas que nos alejan de los mismos.     

      Cristina Albo Mulas.

Psicóloga Sanitaria

Nº Col.: M-32247.

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