17 Ene SER FELIZ

Cuando se realiza un proceso terapéutico muchas frases dejan huella en las paredes del despacho (y no solo en las paredes). “Es que sigo estando triste, no termino de estar bien”, es una de las que más eco hace, de las que más cuesta confrontar.

La última vez que la escuche, me lo decía una paciente antes de comentar que estaba agobiada por la cantidad de actividades que tenía que hacer para la universidad, las horas que dedicaba a estudiar y que la situación en su casa no había mejorado (a nivel de discusiones).

“Noto que no avanzo”, fue su siguiente frase. 

Un proceso terapéutico puede ser largo, a veces doloroso, otras alegre, duro, divertido,   pero siempre bonito. Llevarlo a cabo no significa encontrar la felicidad o que nuestro estado de ánimo desde que empezamos el proceso vaya a ser siempre agradable o positivo.

Consiste en poder conocernos, darnos cuenta y ser consciente de las cosas que nos ocurren, poder tomar decisiones y gestionar las emociones que nos suponen esas situaciones, es decir, ser consciente.

La vida es un camino que se ha de recorrer y como tal tiene sus tramos. En ocasiones será cuesta abajo, en otras, cuesta arriba y habrá momentos llanos que incluso puedan resultar aburridos. Pero todos los tramos hay que recorrerlos. Cada uno implica y conlleva un estado de ánimo, emociones, acciones y toma de decisiones.

Exigirnos “ser felices” o que nuestras emociones sean siempre agradables, es una forma de auto exigencia. Tendemos a no ser compasivos con nosotros mismos, no nos gusta conocer ni reconocer que podemos tener momentos complicados, estar agobiados o sentirnos tristes.

Estar triste, agobiada/o, decepcionada/o, frustrada/o, o cualquier emoción desagradable, no significa no ser feliz o no avanzar. Ser consciente de que las estamos sintiendo ya es un paso adelante y, desde ahí, es desde dónde podemos avanzar. Permitirnos sentir y ser conscientes de todas y cada una de las emociones que puedan aparecer mientras recorremos el camino hace que seamos más valientes.

¿Cuál es el objetivo? ¿Ser feliz? Valoremos el camino y “disfrutemos” de él, tanto en los tramos que más cuestan como en los que requieren menos esfuerzo.

Ana Jiménez Tello

Psicóloga General Sanitaria M-32774