Indefensión Aprendida: Cuando no te sientes capaz

¿Te identificas con las siguientes creencias?: “No tengo arreglo”, “no hay nada que hacer”, “da igual lo que haga, no servirá”. ¿Son frases que has escuchado a alguien de tu entorno? Estas creencias pueden estar relacionadas con el término “indefensión aprendida”. Pero, antes de definir su significado, vamos a ilustrarlo con una metáfora:

“Cuando yo era pequeño me encantaban los circos y lo que más me gustaba eran los elefantes. Pero, después de su actuación, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. La estaca era solo un minúsculo pedazo de madera, apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Me parecía obvio que ese animal, capaz de arrancar un árbol, podría tirar de la estaca y huir. ¿Qué lo sujetaba? ¿Por qué no huía?

Pregunté por el misterio del elefante y me explicaron que no escapaba porque había estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño. Me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Al día siguiente lo volvió a intentar, y al otro y al otro. Hasta que un día el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree que no puede.” (Jorge Bucay, “El elefante encadenado”).

¿Qué es la indefensión aprendida?

El elefante de esta historia, ilustra bien el fenómeno “indefensión aprendida”. Este término se refiere a la sensación de incapacidad de afrontamiento y, por lo tanto, actitud pasiva que se mantiene en una situación dada. Es decir, el pensamiento de que haga lo que haga, no va a servir para nada. Podemos poner como ejemplo a un niño que se esfuerza por aprender matemáticas pero siempre acaba suspendiendo. A no ser que tenga a alguien que le anime a continuar y le ayude a ver qué recursos tiene (como probar otros métodos de estudio) es probable que pierda la motivación y deje de intentarlo.

¿Por qué surge la indefensión aprendida?

En la metáfora del elefante, éste había intentado soltarse de la estaca sin éxito tantas veces que terminó rindiéndose. Desde afuera, en seguida nos damos cuenta de que, los recursos que tiene un elefante recién nacido y uno adulto no son los mismos. En nuestra vida nos ha podido ocurrir algo similar.

La indefensión aprendida está relacionada con aprendizajes del pasado que nos han condicionado. Algunos ejemplos pueden ser cuidadores que no valoren tus esfuerzos, haber vivido una situación de maltrato o que te hayan puesto etiquetas como “desastre” o “fracaso”.

Especialmente cuando la historia de vida ha sido dura, la motivación y la esperanza pueden anularse. Esto funciona como estrategia de protección, para sufrir menos. Un niño que crece en un ambiente hostil o en el que no se atiende lo que necesita, aprende que no hay nada que pueda hacer para controlar su entorno. Los niños a los que no se atiende cuando lloran, dejan de llorar. Han aprendido que no reciben ayuda cuando la piden, así que, dejan de pedirla, aunque sigan sufriendo.

Hemos podido vivir situaciones percibidas como incontrolables, en la que nuestros actos no podían cambiar nada. Si en el presente vivimos una situación que se asemeje, podemos tener la misma sensación, ignorando que, como el elefante, podemos tener muchos más recursos que los que tuvimos en la situación anterior.

¿Cómo puede afectar?

La indefensión aprendida puede llevar a evitar ciertas situaciones, no dar el paso a ciertos cambios y, sobre todo, va a dificultar ayudarte a tí mismo/a. Entre otras problemáticas, se ha relacionado con la depresión. Cuando has probado diferentes soluciones a una dificultad, es habitual que aparezcan pensamientos del tipo “no voy a mejorar”. Estas creencias pueden crear un círculo que, sin ayuda, es difícil de romper:

Círculo de la indefensión aprendida, así se relaciona con la depresión

Si te sientes identificado/a con ese círculo la terapia puede ayudarte a ampliar tu autoconocimiento, comprender qué creencias te limitan, cómo has llegado a estar en este círculo y encontrar las herramientas para romperlo. La indefensión aprendida, como su nombre indica, es aprendida. De la misma manera que se ha aprendido, se puede desaprender. A veces, no se trata tanto de seguir intentando lo mismo una y otra vez, si no de confiar en alguien para que te ayude a comprenderte, cambiar tus estrategias, llevarlas a la práctica y aprender a confiar en tu evolución.

Leire López Vega

Psicóloga General Sanitaria

Nº Colegiada M-37089

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